Objetivo: Describir los métodos para evaluar la modalidad de aprendizaje mejor o más eficaz para los niños
La evaluación de los medios de aprendizaje (EMA) abarca un conjunto de procedimientos, tanto formales como informales, que ayudan a las familias y maestros a determinar la mejor manera de enseñarle individualmente a cada niño. Algunas evaluaciones están disponibles en el comercio, pero muchos maestros elaboran su propio sistema para observar y documentar cómo aprenden los niños. La decisión de usar braille, textos impresos ordinarios o ambos es fundamental para las familias y educadores y debe analizarse cuando el niño ingresa en la educación formal.
Las informaciones proveniente de observaciones previas, evaluaciones clínicas y EFV (ver Módulo 4) se usan en conjunción con la EMA. Es importante que se recurra a múltiples fuentes como base de la decisión acerca del mejor modo de instruir a un niño.
Los métodos predominantes de aprendizaje son visuales, táctiles y auditivos.
Tradicionalmente, la enseñanza en el aula es visual. Cuando se trabaja con niños con discapacidad visual, es importante hacerlo desde la propia experiencia de los estudiantes, más que desde la del maestro.
Observe cómo encaran los niños las tareas que se les asignan en el aula. Con frecuencia, demuestran con sus acciones lo que les resulta mejor:
¿Acercan a la cabeza los materiales impresos o sostienen las cosas cerca de uno o ambos ojos?
¿Exploran con el tacto los objetos, los manipulan y se acercan o no a ellos?
¿Ven el pizarrón o el tablón de anuncios desde su asiento o necesitan aproximarse?
¿Parecen confundidos cuando se desplazan de un entorno a otro o cuando hay diferentes niveles de iluminación o con distinto clima?
¿Se desconcentran a causa de la información auditiva o esta parece competir por su atención?
¿Parecen interesarse en ilustraciones y fotografías?
¿Parecen más o menos eficientes cuando se mueven? ¿Muestran desconfianza cuando caminan? ¿Usan las manos para guiarse a lo largo de las paredes o de los corredores?
Todas estas preguntas nos proporcionan pistas con respecto a lo que puede ser el mejor canal de aprendizaje para un niño.
La EMA debe repetirse periódicamente. Los niños cambian y también son distintos los requisitos de cada nivel escolar.